Miércoles 15 de Febrero de 2012
Buda explotó por vergüenza
Este día pudimos asistir al visionado de esta cruda película. Yo no pude asistir a clase, así que no vi la película con mis compañeros. Sin embargo la vi unos días después en mi casa a través de internet y buscando algo de información sobre la misma os dejo esta entrada.
El film nos cuenta la odisea de una niña afgana para comprar un cuaderno y asistir a la escuela. Ya que no tiene lápiz, decide llevar el pintalabios de su madre, lo que provoca que niños, que juegan a ser talibanes, decidan apedrearla. Los niños de la aldea juegan a la guerra con ramas y cometas. Las piedras… son de verdad. Baktay no es la primera niña a la que atrapan, y los motivos para retenerlas varían entre, que una niña no debe ir a la escuela, a, las pequeñas tienen ojos demasiado bonitos.
Debemos pararnos a pensar en la edad de la directora. Cuando comenzó el rodaje rondaba los 17 o 18 años. Increíble.
Toda la película es una metáfora, o alegoría, sobre la vida de las mujeres en estas comunidades, la guerra y la ausencia de libertad que supone convivir en el mundo Talibán. Son impactantes muchas de las frases que pronuncian los protagonistas: “Baktay, si no te mueres, no serás libre”. “No quiero jugar a apedrear.” “No me gusta jugar a la guerra.”
La historia de la niña que quiere ir a la escuela es emotiva y cautivadora.
Un film muy inteligente que demuestra cómo se puede presentar las atrocidades y protestar contra ellas sin mostrarlas directamente y sin caer el dramatismo exacerbado.
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